“Consideramos la incertidumbre como el peor de todos los males hasta que la realidad nos demuestra lo contrario”. Jean-Baptiste Alphonse Karr
“Quisiera penetrar poquito a poco en el muro de las incertidumbres despejar cada enigma de su enigma cada sospecha de sus amenazas.”Mario Benedetti
“Poseo entre mis noches no sé qué incertidumbre…Y ese miedo infernal a las ausencias”.Jenniley Bonilla
Si bien la palabra es sinónimo de inquietud, preocupación, agitación e incertidumbre, se dice que en el lenguaje coloquial, “la idea de zozobra se emplea para nombrar al desasosiego, la angustia y el nerviosismo que se experimenta ante ciertas situaciones o conflictos”. Es como si describiera más al estado físico producto del miedo o de la anticipación de ocurrencia de un suceso que ni siquiera sabemos si va a ocurrir o no, a ese estado de encontrarse en vilo de que algo pase.
En el Diccionario filológico-comparado de la lengua castellana, de Calandrelli, M., en el vol. 12 aparece “Angustias, congojas, zozobras, ansias”, cuatro palabras que representan sentimientos negativos; además define zozobra como “una aflicción del ánimo que no deja sosegar al que la padece, sea por el riesgo que le amenaza, o el mal que ya comienza a sufrir”. Lo interesante de este punto de vista, es la insinuación de diferentes grados de miedo anticipatorio.
En efecto, la visión teórica actual habla de diferentes niveles de la emoción del miedo, desde el sentido de alarma, la cautela, la aprensión, el susto, hasta el pánico, el pavor o el terror. Según sea la cantidad de la turbación, la interferencia con las situaciones cotidianas, y el tiempo que perdure, la persona se sentirá capaz o no de enfrentarla.