“A menudo las personas dicen que aún no se han encontrado a sí mismas. Pero el sí mismo no es algo que uno encuentra, sino algo que uno crea”. Thomas Szasz
“Tu mirada se aclarará sólo cuando puedas ver dentro de tu corazón. Aquel que mira hacia afuera, sueña; aquel que mira hacia adentro, despierta”.Carl Jung
“Proponte ser tú mismo, y ten por seguro que aquel que se encuentra a sí mismo, pierde su desdicha”.Matthew Arnold
“El sí mismo está muy bien escondido de uno mismo; de los pozos con tesoros, el sí mismo es el último en extraerse”.Friedrich Wilhelm Nietzsche
Al consultar las definiciones del YO, éstas nos remiten a:
“Pronombre con el que la persona que habla o escribe se refiere a sí misma; es la forma del pronombre personal de la primera persona del singular cuando ejerce la función de sujeto, tanto en masculino como en femenino”. También es el sinónimo de ego, que en la teoría del psicoanálisis de Freud, es una parte parcialmente consciente de la personalidad humana. Sin embargo, de éste último concepto, no me voy a ocupar aquí.
Quiero profundizar en la primera, la característica del Sujeto, del Sí mismo. Nacemos individuos y a medida que vamos creciendo nos vamos “haciendo personas”, vamos construyendo una noción de nosotros mismos, en especial con la ayuda de otros; porque los demás contribuyen a la visión de quiénes somos. Ellos nos proveen información permanente para responder a ésta pregunta.
Vamos fundando el propio enfoque, con las percepciones, ideas y teorías que las otras personas nos dicen, y más adelante cuando nos evaluamos y decidimos, no soy tú, ni ésta persona, ni aquella. Soy YO MISMA, ÚNICA y ESPECIAL. Con ninguna otra persona igual a mí, así ella posea mis mismos nombres y apellidos; porque no hay, ni habrá alguien exactamente como yo, ni como cada uno de ustedes que me leen. Y esta es la maravilla de Ser y ahí solo hay un valor infinito. Incorporar este punto de vista, con convicción, resulta ser un factor de protección emocional.