“La pasión es una emoción crónica”. Théodule Armand Ribot
Desde el diccionario hasta el uso común de la palabra pasión, el concepto implica esa ambivalencia inevitable que nos suscitan las cosas grandes. Por un lado, es un estado pasivo de la persona referente a la acción de padecer; entonces la pasión se sufre. Por el otro, es el apetito vehemente de una cosa. Sugiere algo enérgico en la búsqueda de la satisfacción de esa cosa que se manifiesta con ímpetu, fuerza y determinación; por lo tanto, la pasión conduce a grandes acciones y goces.
Apasionarse implica tener una suficiente motivación interna para que emprender todo aquello a lo que el entusiasmo nos lleve, sea sin conflicto; también para persistir aun cuando haya obstáculos. Quien tiene pasión por algo, no duda, y con frecuencia no escatima esfuerzos, ni tiempo, ni nada de lo que sea necesario para lograr lo que se ha propuesto.